Crónicas de la Esquina Noroeste |
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martes, mayo 25, 2004Representando a Ratolandia, donde un buen día de hace casi doscientos años los ratones decidieron hacer la revolución, estos ratoncitos chiquitos (acompañados por algunas ratoncitas abuelas) nos mostraron cómo vivían en esa época. Vimos a los vendedores de velas, aguateros, lecheros, mazamorreras, pasteleras y lavanderas, cada grupo pregonando sus productos y servicios en verso. También vimos a las damas (a la derecha, una de ellas) y caballeros ratones que paseaban a la tarde, a los cantores de zambas y bailarines de folklore, al grupo de expresión corporal de Ratolandia que representó desde las palomitas batiendo sus alas hasta el viento y la lluvia de aquel día. Cerraron el espectáculo los granaderos ratones, que se lucieron con sus charreteras y botones dorados. A pesar de alguna omisión (el vendedor de velas, olvidado de su pregón, simplemente gritó "¡Velas, vendo velas!" cuando le acercaron el micrófono) todo salió a pedir de boca. Los ratoncitos aparecieron en escena, escoltados y dirigidos por alguna seño en el momento preciso, y no hubo desorden. Eso, si exceptuamos a Anita, que se paseó en todos los números en lugar de sólo el suyo, y tuvo que ser retirada del escenario en repetidas oportunidades por sus maestras, madre y abuelo, acompañada por las risas del público y, por qué no mencionarlo, de una modesta ovación cuando decidió que ella quería bailar también. Los papás ratones nos fuimos muy contentos. Los abuelos ratones, no les digo. Nuestra multitud de siete, incluyendo una vecinita y, claro está, la artista, se retiró de las instalaciones cerca de las cinco, felices. Pero tanto como ella. Creo que su sonrisa lo dice todo. lunes, mayo 24, 2004Por orden de asiento, los participantes en esta tercera reunión de Córdoba Weblogs: Arturo, Sabris+bebé, FrancoG, BCloud, Leo, Gonzalo, DarK, Coquena, Osvaldo, Karina, Bloguito (reubicada en mi asiento, ya que me encontraba tomando la foto), Alejandro y Rosario. Me pareció fantástico compartir opiniones, ideas y proyectos de la forma que lo hicimos, ya más amuchados y con la posibilidad de participar todos de la misma conversación, tanto entre los que ya nos habíamos visto las caras como entre quienes nos veíamos por primera vez. Esto de reunirnos a comer es bueno, sólo necesitamos elegir el menú para la próxima. Y cerrar las ventanas: no quiero sonar despectiva, pero no voy a llorar si la cucaracha se queda afuera. Blogger o no. miércoles, mayo 19, 2004Imagino que los de la sala azul no van a hacer más que bulto, considerando que las habilidades lingüísticas de la mayoría (por no decir la voluntad de hacer lo que les dicen que hagan) son bastante escasas. Hace un par de semanas, el cuaderno de comunicados llegó con una nota que rezaba:
Traducción: vestido de dama antigua, pero con orejas de ratón, nariz y bigotes pintados. No tengo recuerdos de haber visto actos tan pintorescos en el pasado, sin embargo, todos estamos reservando asientos para el acontecimiento. En lugar de siquiera pensar en alquilar el traje (es más, esa opción recién se me ocurrió hoy), saqué a relucir una tafeta borravino que me la heredó... alguien. La Tú, cuatro metros de encaje que guarda desde que era soltera. Hoy fue la prueba de vestuario casera, y debo decir que no nos fue tan mal. Por el contrario. Pensar que hasta hace muy poco, estas fechas me pasaban simplemente por el costado. lunes, mayo 17, 2004
Y, sí. Voy de a poquito pero el poder de persuasión de Franco rindió sus frutos, así que me voy a pasar al WordPress.
Por ahora, no tengo tiempo de hacer todo lo que querría para dejarlo a punto, así que seguiré aquí mismo... con la esquina un poco más desordenada que de costumbre, nada más. Cuando esté todo limpio y bonito (que dura poco, eso, generalmente) pondré el cartelito con el aviso correspondiente. Ah, y nada más para no tener que escribir otra entrada, les dejo el vínculo a un sitio de ésos que, al visitarlos, nos dejan con una expresión similar a un signo de pregunta: Hay gente con tiempo de sobra... envidiemos! martes, mayo 11, 2004
Abrí la página de Blogger para encontrar un diseño renovado y una variedad de nuevas funciones que antes no existían.
Me pasé la tarde viendo si puedo hacer funcionar los comentarios, pero claro, hasta que no me tome el trabajo de postear estas líneas, no lo sabremos. viernes, mayo 07, 2004
Ayer fui a visitar a Beatriz: una mujer fantástica, una amiga también. Sin embargo, llegué indignada y 15 minutos tarde; creo que después de "Hola", lo segundo que le dije fue "En esta ciudad, no se puede ser peatón". Y cada vez parece más así. Cuando vivía en la zona sur y tomaba el viejo y querido 90 (antes de la debacle de la empresa), salía de casa 30 minutos antes de la hora en la que se suponía que llegara al centro, y me quedaban siempre 5 minutos de sobra para ser impecablemente puntual. Al mudarme a Alta Córdoba, donde reinaban los 30, gané diez minutos antes de salir, para llegar al centro con el mismo margen. Esa era la era pre-Kammerath/Juez. Hoy, si voy a tomar un colectivo, tengo que salir una hora antes y eso no me garantiza nada. Ni a mí, ni a nadie, claro está. El servicio no sólo empeoró en frecuencia, sino también en calidad. De los relucientes cero kilómetros que prometió K. con su proyecto de renovado sistema de transporte urbano de pasajeros del que se vieron muchos folletos y poco de todo lo que alegremente anunciaban, acá no vimos ninguno. Es más, todos los días vemos (y nos subimos a) catraminas más viejas que las que había, que me pregunto a dónde se fueron, porque las extraño. Ahora, después de paros sorpresivos y otras yerbas que no hacen más que empeorar un servicio deteriorado a un nivel que jamás se vio antes, los señores choferes de colectivos van a ganar cuatro veces más que la media de sus pasajeros. Quienes, en consecuencia, ven disminuídos sus ya magros ingresos porque nos aumentaron el pasaje un 20%, con el único objetivo de pagar salarios. De mejorar el servicio para que los que lo pagamos viajemos mejor, ni se habla. Obviamente, no es eso lo que importa. miércoles, mayo 05, 2004
Cada vez que escucho la Misa Criolla de Ariel Rodríguez me siento extrañamente "en casa". El motivo no es extraño, o quizás sí: la huella de la obra ("La Peregrinación") me acunó cada noche durante mi primera infancia, con letra de mi mamá. No era siempre la misma letra, claro: ella improvisaba con los eventos del día. Recuerdo en particular las partes donde me retaba, dentro de la canción, si me había portado especialmente mal. Nunca se me ocurrió cantarle la huella a Anita, pero desde el principio me encontré con un repertorio que va desde el arrorró hasta piezas que no creía recordar de solfeo cantado. Y muy pronto, las letras y la música empezaron a variar hasta no tener tanto que ver con las versiones originales. El arrorró en particular. La Tú siguió un camino similar. En un principio, los dos muñecos de peluche que nos resultaban más prácticos eran un osito rojo y blanco con el escudo del equipo de los amores del Ale ("Que empiece a sufrir de chiquita") al que Héctor bautizó como Piolín y un...a especie de vaca con cuello gordo y largo y crin que no podía ser burro ni caballo y finalmente, aunque las proporciones no nos cerraban, terminamos convencidos que se trata de una jirafa. La señorita se llama Tomasa. Nos resultaban prácticos los primeros meses, cuando Anita pasaba el día en el cochecito, durmiendo o aburrida. Piolín giraba, colgado de su cordoncito dorado, mientras que Tomasa permanecía cabeza abajo, con las patas traseras trabadas en el manubrio del coche, en pose acrobática. A veces, mientras estaba trabajando, me tomaba un recreo para hacer que la jirafa ofreciera un espectáculo privado de can-can que haría que las coristas de Las Vegas se enfermaran de envidia. Pero volviendo al tema, Tú les dedicó una canción de dos versos, al ritmo del feliz cumpleaños: La jirafa Tomasa,Y quedaba ahí, con gusto a poco: después de repetir lo mismo dos o tres veces hasta la pobre Anita se aburría. Ahí entré yo: se hicieron amiguitosCon eso tiramos aproximadamente una semana y media. La Tú ofreció una ampliación, ya de una estrofa completa, incluyendo dos personajes nuevos en la historia: Teddy, un oso pardo cuyo sweater recuerda su origen como "Seasonal customer gift" de Lord & Taylor, y Miau-Miau que no es nada menos que un Garfield vestido de bufón que debo haber conseguido hace añares junto con una cajita infeliz de McDonald's. Al salir del jardínNo hay paseo que no incluya parada en una confitería. Y acá es donde comenzó a degenerar la cuestión; empezó la Tú pero yo la terminé. La jirafa TomasaEl mensaje, claro, es la exaltación de la amistad. O eso nos gustaría creer. Desde ya que no se la cantamos más porque cada vez que lo hacemos, intentando evitar las últimas dos estrofas, se nos escapan. Y tampoco es cuestión. Algunas páginas con canciones infantiles: mil posibilidades para arruinarlas! Letras de canciones tradicionales en Guía infantil.com, letras de María Elena Walsh, midis de canciones infantiles y finalmente, después de mucha búsqueda porque a veces meto los favoritos en cualquier lado, El huevo de chocolate provee letra y música de canciones que, en su mayoría, no había escuchado en mi vida. sábado, mayo 01, 2004
Para todos, sin distinción de si reciben un sueldo o no, o de si lo hacen porque no queda otra, por amor al arte, a la familia, o por diversión... (¿Existe alguno de estos últimos?) Y un saludo especial para Máximo G.Z., que hoy cumple su primer añito en este mundo. A estas alturas, más que trabajar, da trabajo. Uno que sus papás aceptan todos los días con alegría y amor. |
diario de un ama de casa con inquietudes tu pasaje a otro lugar Arte Digital archivos de la esquina 2003/04 - 2003/05 - 2003/10 - 2003/11 - 2003/12 - 2004/01 - 2004/02 - 2004/03 - 2004/04 - 2004/05 - 2004/06 - 2004/07 - 2004/08 - 2004/09 - 2004/10 - 2004/12 - 2005/04 - 2005/05 - 2005/06 - 2005/07 - 2005/08 - 2005/10 - diseño original de lonelyger |
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Visite Córdoba, pero no haga ruido a la siesta |