Crónicas de la Esquina Noroeste |
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miércoles, mayo 05, 2004
Cada vez que escucho la Misa Criolla de Ariel Rodríguez me siento extrañamente "en casa". El motivo no es extraño, o quizás sí: la huella de la obra ("La Peregrinación") me acunó cada noche durante mi primera infancia, con letra de mi mamá. No era siempre la misma letra, claro: ella improvisaba con los eventos del día. Recuerdo en particular las partes donde me retaba, dentro de la canción, si me había portado especialmente mal. Nunca se me ocurrió cantarle la huella a Anita, pero desde el principio me encontré con un repertorio que va desde el arrorró hasta piezas que no creía recordar de solfeo cantado. Y muy pronto, las letras y la música empezaron a variar hasta no tener tanto que ver con las versiones originales. El arrorró en particular. La Tú siguió un camino similar. En un principio, los dos muñecos de peluche que nos resultaban más prácticos eran un osito rojo y blanco con el escudo del equipo de los amores del Ale ("Que empiece a sufrir de chiquita") al que Héctor bautizó como Piolín y un...a especie de vaca con cuello gordo y largo y crin que no podía ser burro ni caballo y finalmente, aunque las proporciones no nos cerraban, terminamos convencidos que se trata de una jirafa. La señorita se llama Tomasa. Nos resultaban prácticos los primeros meses, cuando Anita pasaba el día en el cochecito, durmiendo o aburrida. Piolín giraba, colgado de su cordoncito dorado, mientras que Tomasa permanecía cabeza abajo, con las patas traseras trabadas en el manubrio del coche, en pose acrobática. A veces, mientras estaba trabajando, me tomaba un recreo para hacer que la jirafa ofreciera un espectáculo privado de can-can que haría que las coristas de Las Vegas se enfermaran de envidia. Pero volviendo al tema, Tú les dedicó una canción de dos versos, al ritmo del feliz cumpleaños: La jirafa Tomasa,Y quedaba ahí, con gusto a poco: después de repetir lo mismo dos o tres veces hasta la pobre Anita se aburría. Ahí entré yo: se hicieron amiguitosCon eso tiramos aproximadamente una semana y media. La Tú ofreció una ampliación, ya de una estrofa completa, incluyendo dos personajes nuevos en la historia: Teddy, un oso pardo cuyo sweater recuerda su origen como "Seasonal customer gift" de Lord & Taylor, y Miau-Miau que no es nada menos que un Garfield vestido de bufón que debo haber conseguido hace añares junto con una cajita infeliz de McDonald's. Al salir del jardínNo hay paseo que no incluya parada en una confitería. Y acá es donde comenzó a degenerar la cuestión; empezó la Tú pero yo la terminé. La jirafa TomasaEl mensaje, claro, es la exaltación de la amistad. O eso nos gustaría creer. Desde ya que no se la cantamos más porque cada vez que lo hacemos, intentando evitar las últimas dos estrofas, se nos escapan. Y tampoco es cuestión. Algunas páginas con canciones infantiles: mil posibilidades para arruinarlas! Letras de canciones tradicionales en Guía infantil.com, letras de María Elena Walsh, midis de canciones infantiles y finalmente, después de mucha búsqueda porque a veces meto los favoritos en cualquier lado, El huevo de chocolate provee letra y música de canciones que, en su mayoría, no había escuchado en mi vida. |
diario de un ama de casa con inquietudes tu pasaje a otro lugar Arte Digital archivos de la esquina 2003/04 - 2003/05 - 2003/10 - 2003/11 - 2003/12 - 2004/01 - 2004/02 - 2004/03 - 2004/04 - 2004/05 - 2004/06 - 2004/07 - 2004/08 - 2004/09 - 2004/10 - 2004/12 - 2005/04 - 2005/05 - 2005/06 - 2005/07 - 2005/08 - 2005/10 - diseño original de lonelyger |
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