Crónicas de la Esquina Noroeste |
|
jueves, abril 08, 2004
La primera vez que visité la ciudad, a los ocho años, la laguna Setúbal olía... mal. La segunda vez tenía catorce años y me mantuve alejada de la zona. Y recién ahora volví, con mi hija, a celebrar el cumpleaños de quince de mi prima Dianita. Encontré el puente colgante nuevo, ya que al anterior se lo llevó una crecida hace más de diez años. La aerosilla que cruzaba la laguna es hoy sólo un recuerdo materializado en enormes pilares de hormigón, que reconocí de inmediato. La costanera en proceso de extensión, la laguna limpia y la ciudad bella, a pesar de lo que sufrió el año pasado. Las reuniones familiares siempre tienen sus altos y sus bajos. En este caso, creo que el bajo total fue el cansancio. Correr detrás de Anita todo el día, alejada de la zona de confort que me ofrece la esquina noroeste, a pesar de la ayuda de mi mamá, le quitó un poco de brillo a todo. El domingo a la tarde/noche sólo podía pensar en que estaba cansada, cuando lo que más quería era no dejar de disfrutar un instante junto a la familia. La chiquita tuvo su bajo, también: alejada de su zona de confort, comió poquito aunque se mantuvo tan simpática y sonriente como siempre. El alto fue reencontrarme con mis primos, a quienes no veía desde hace años. Encontrar a los dos más grandes casados y con dos niños cada uno, corriendo tras ellos igual que yo tras la mía, y pudiendo compartir, como cuando éramos chicos, las típicas miradas cómplices: ¿Te acordás cuando...? Me habría gustado quedarme una semana en lugar de tan sólo un par de días. Para lo poco que nos hemos visto en nuestras vidas, teníamos mucho que recordar y contarnos. |
diario de un ama de casa con inquietudes tu pasaje a otro lugar Arte Digital archivos de la esquina 2003/04 - 2003/05 - 2003/10 - 2003/11 - 2003/12 - 2004/01 - 2004/02 - 2004/03 - 2004/04 - 2004/05 - 2004/06 - 2004/07 - 2004/08 - 2004/09 - 2004/10 - 2004/12 - 2005/04 - 2005/05 - 2005/06 - 2005/07 - 2005/08 - 2005/10 - diseño original de lonelyger |
Visite Córdoba, pero no haga ruido a la siesta |