Crónicas de la Esquina Noroeste

sábado, diciembre 27, 2003

Un pequeño tornado 

Terminamos el feriado navideño con una visita al pediatra. Ana Sofía, por motivos que quedarán sin conocerse, decidió deshacerse de todo lo que comió desde el jueves por la tarde. Le dimos toda la noche de gracia, pero cuando ya no se quedó siquiera con la leche que tomó de desayuno en la pancita, partimos rumbo al Allende.

Era una mañana pesada como pocas, con muchísimo calor. De ésas que quitan todo ánimo navideño y sacan a flote todas las cualidades negativas que tanto intentamos subyugar a pura fuerza de voluntad. Todo el mundo manejando de mal humor, gritos y bocinazos, transeúntes apurados y listos para insultar al que iba más despacio, bloqueando la vereda.

Y, por supuesto, la fecha no era buena: todo el mundo llevaba a su criatura al médico. Sin embargo, Gabosi, a quien admiro hoy más que antes no sólo por ser un buen pediatra sino por ser un tipo de visión, no había dado turnos a nadie y atendía por orden de llegada: se ve que la experiencia no es al vicio. Creo que pasé más tiempo esperando a que me atendiera la secretaria que lo que esperamos hasta que fuera nuestro turno. Salimos tranquilas, aunque agobiadas al dejar el aire acondicionado y volver a respirar calor y humedad.

De regreso a casa fue cuando se escondió el sol. No había muchas nubes todavía, pero de a poco se estaba cubriendo el cielo. Con Anita durmiendo una siesta tranquila, vigilada de cerca por las dudas el Reliverán no hiciera efecto -las primerizas somos así- sentimos caer las primeras gotas. Luego, el viento. Y después, más viento todavía... y más. Y el teléfono que no dejó de sonar: padres (abuelos) asegurándose de que estuviéramos bien.

Poco antes de que se pusiera el sol, nos quedamos sentados y quietos frente a la pantalla del televisor. Pero no callados. Un tornado, en Córdoba. Fue bastante modesto, sin aspiraciones Guinness: eso se lo dejó a sus pares del primer mundo. Nadie va a hacer películas ni escribir libros sobre él. Nadie siquiera tuvo la ocurrencia de ponerle un nombre. El tornadito, lo llamó peyorativamente Eschóyez en una entrevista.

Pero pasó, lamentablemente, por una de las zonas más vulnerables de la ciudad, y dejó atrás la destrucción y la tristeza que un fenómeno como éste causa. Y, también, el alivio egoísta, porque mi niña está bien y mi familia segura en la esquina noroeste.


Blanca, a las 10:50 p. m.




diario de un ama de casa con inquietudes

El hemisferio sur

tu pasaje a otro lugar

Arte Digital
Roxana Ledesma, la cantante
Google

pbEm
Xayvian Station
Stargate: Alianza
USS Discovery

weblogs
Star.Trek
Cosas que nunca te dije
Sefaradweb
| Marcapáginas |
Agua Fuertes 2005
Aprendiendo a vivir solo
eCuaderno

weblogs con tonada
Silviologia
FrancoG
Protoblog
Bloguito
Magoo's Weblog
No Confidencial
El Oficio de vivir
De Treinta Y Pico

afiliaciones
Córdoba Weblogs
la comunidad de weblogs
Sumate a la comunidad!

counter on blogger
This page is powered by Blogger.

archivos de la esquina

2003/04 - 2003/05 - 2003/10 - 2003/11 - 2003/12 - 2004/01 - 2004/02 - 2004/03 - 2004/04 - 2004/05 - 2004/06 - 2004/07 - 2004/08 - 2004/09 - 2004/10 - 2004/12 - 2005/04 - 2005/05 - 2005/06 - 2005/07 - 2005/08 - 2005/10 -

diseño original de lonelyger
(antes de que yo lo despedazara)

El hemisferio norte

Visite Córdoba, pero no haga ruido a la siesta