Crónicas de la Esquina Noroeste |
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sábado, agosto 28, 2004
Esta tarde llevé a Anita al cumpleaños de un compañerito del jardín (sí, su vida social está empezando a opacar la mía, pero eso son tres mangos aparte). Durante el evento, la niña que no solía llevarse nada comestible a la boca hasta que el domingo pasado nos diera la alegría de decidirse a comer sola, hizo dos descubrimientos: los sándwiches de miga y los chupetines.
El primero me trajo tranquilidad para planear llevarla a pasar el día a cualquier lado con un poco de arena y otro de agua durante el verano, además de solucionar el problema del almuerzo el próximo martes cuando, junto a los demás chicos de su jardín, visitemos el estudio de no-sé-qué-canal-porque-Anita-todavía-no-mira-la-tele donde presenciaremos la grabación del programa de Piñón Fijo. Aclaro que la gorda no ve la tele, pero después de sus primeras treinta palabras las dos que siguieron fueron "poné tu-tuá". Y las repite en horarios insólitos como su despertada habitual de 34 segundos a eso de las cinco y media de la matina, cuando mami y papi están dispuestos a hacer cualquier cosa menos eso para que vuelva a dormirse. Y ya me fui del tema. De regreso a la zona de las esquinas, después de felicitar a marido y amigos por la segunda medalla de oro olímpica del día (transpiran tanto que parece que jugaran ellos, y eso debe tener algún mérito), nos cruzamos a la esquina suroeste, donde Anita se encontró con Matías. Este chiquito, de casi cuatro años y un corazón de oro, se dejó enredar en una compleja toma de judo a través de la cual la niña ganó, por ippón, el Campeonato de las Esquinas. Esas primeras veces que no se repiten, y una no tiene una cámara a mano que las registre para la posteridad... martes, agosto 24, 2004
Córdoba, Argentina, año 2004.
El sábado pasado, saliendo de la casa de un amigo en barrio General Paz, nos encontramos con el cristal de la puerta del conductor del coche bajo, sin el seguro y, por supuesto, faltaba la sillita de Ana Sofía. Una simple pincelada de realidad cotidiana en medio de tanto brillo olímpico. sábado, agosto 14, 2004
Alejandro apareció con un juego, los Nanopops (218Kbs, ni Norton ni Panda dicen mú pero, por las dudas, el escaneo antivirus que abunda, no daña).
Aquí pueden encontrar una ¿explicación? sobre el tema y, por ahora (no creo que hagamos más que eso, aunque he visto algunos sitios que anuncian la solución), llegamos (aramos, dijo el mosquito) al 60%. Pero más que por el juego, lo posteo porque las caracterizaciones nos han sacado más de una carcajada. Un simple divertimento mientras seguimos esperando que empiece el partido de hockey que debería haber comenzado hace poquito más de dos horas... martes, agosto 03, 2004Increíblemente, en la ya mencionada yanquilandia la película está calificada como R (los menores de 17 años no pueden entrar sin ir acompañados por alguno de sus padres) lo cual me da algo de gracia. En fin. Si hay sangre y espanto, está bien. Si se ve una teta, está mal. ¡No tendría que sorprenderme! Eso sí, incluyo el vínculo porque el sitio tiene música, así que estos días paso seguido... hasta que consiga el CD. Good bye, Lenin! es excelente. Sufrí algún codazo y un "Reíte más bajo" de Alejandro cuando el poster de Coca-Cola. Es larga, según me enteré al mirar la hora cuando salimos, porque dentro de la sala no me di cuenta. El que todavía no la vio, no sé qué está haciendo. ¡Al cine, se ha dicho! |
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Visite Córdoba, pero no haga ruido a la siesta |