Crónicas de la Esquina Noroeste |
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viernes, octubre 31, 2003
Acaba de llamar la tía Sofía, para avisarnos. El sol está hermoso, rarísimo. Tiene un círculo enorme, gris, a su alrededor, con un borde del color del arco iris. No tengo idea si será una cuestión atmosférica normal del día de hoy, si estará relacionada con las eyecciones coronarias o lo qué. Lo que sí sé es que vale la pena salir a verlo. Con anteojos, una radiografía vieja, o simplemente tapando el sol con la mano para poder apreciar el espectáculo. Cuánto lamento no haber comprado un rollo de fotos hoy... [edit] El fenómeno se denomina corona solar y es simplemente un efecto de refracción de la luz. Las nubes, extremadamente finas, estaban bajas (entre 5.500 y 6.000 metros), no había turbulencia, y los rayos del sol se refractaron en los cristales de hielo, creando el efecto. Escuché esta explicación de la voz de Sergio Zuliani (¿qué sabrá éste!?) en la radio, durante los últimos estertores del programa de Marito Pereyra (puaj, puaj, puaj!!) y La Voz publicó el artículo acá. Aunque afortunadamente opiné que tendría que ver con las condiciones atmosféricas, lo que habla bien de mí, la segunda suposición/expresión de deseo que no pude evitar agregar me convirtió en una suprema ignorante. En fin... [/edit]
Como siempre, el boletín de prensa de la UNC trae al menos una nota de interés. En este caso, una muestra de fotografías en blanco y negro que me llamó muchísimo la atención. Del artículo: "...se retratan algunas escenas de una estación de trenes, actualmente abandonada, en el norte argentino. La preocupación del artista se refleja en un conjunto de imágenes que dan testimonio de un tiempo detenido, que se resiste a quedar en el olvido." Las fotos están fantásticas y se las puede ver aquí. miércoles, octubre 29, 2003
Los martes son mi día más complicado de la semana, en particular teniendo clases todo el día. Fui al edificio del centro en la mañana, más porque quedé en encontrarme allí con Nacho más que por sentir que ir a clases me iba a servir de algo; a esta altura del año es tiempo que permanezco lejos de a computadora, ergo, tiempo perdido. De todos modos, y luego de la visita a la Ciudad Universitaria por la tarde (excelente clase de Aurelio Ferrero, a punto tal que estoy meditando seriamente dedicarme al hábitat social: así de inspiradora fue!) regresé a casa para encontrarme con la novedad: La bebé realizó su primer aterrizaje. Nuestra petite piloto se estrenó en un corto vuelo desde la cama de su habitación -por suerte no fue la nuestra, que es sensiblemente más alta- y acabó de boca contra el piso. No es de extrañarse: Los pilotos de avión dicen que las partes más difíciles son el decolaje y el aterrizaje. Entre ellos, el aterrizaje es la más difícil de los dos. Los cursos de aviación, inclusive, dejan las clases de aterrizaje para el final y son las que más tiempo llevan. Es decir que la chiquita está bien dentro de la media. Se lastimó apenas el labio, pero eso fue todo. La pobre Tú sufrió el momento, pero el llanto fue contenido a fuerza de tres cucharadas de yogur, lo que resta seriedad a las heridas. Por suerte para mí, llegué cuando todo había pasado. Si no, todavía estaría temblando. En cuanto a la piloto, hemos discontinuado las clases por el momento: duerme la siesta en una improvisada cucha sobre el piso. lunes, octubre 27, 2003
Anét entró en el mundo del fútbol por la puerta grande. Abelo le compró, con gran placer, una pelota Nº 5. Sé que la que empezó con todo esto fui yo; mis pedidos para la niña fueron siempre pelotas, autitos y pistolas. Simplemente no quiero que sea como yo, que siempre deseé esos juguetes y me tuve que conformar con muñecas, ropita para las muñecas, casitas para las muñecas... y reconozco también la gran influencia que en mi infacia tuvieron los entrañables RASTI. No todo son quejas. Los autitos y las armas aún están por verse, pero la pelota está aquí y es una realidad. Es increíble cómo se ríe cuando la tengo en brazos y la balanceo sobre la pelota, a la altura justa para que sus piecitos la golpeen hacia algún lugar. Creo que nunca la escuché reírse tanto!! Sin embargo, la llegada del esférico no trajo sólo alegría: le da miedo cuando ella está en el suelo. Miedo con llanto y todo. Pero, de a poco, se están haciendo amigos más allá del ambiente controlado de los brazos de un adulto. Cada tanto se le acerca y se estira como para tocarlo, para retraer la mano como si el cuero (o plástico... qué sé yo de qué está hecho eso!) quemara. Finalmente, si se anima a tocarlo, se aleja gateando a toda velocidad para darse vuelta a mirarlo, con una sonrisa pícara en la boca, al metro y medio de distancia. Como si le dijera "A que no me agarras!" Y yo, inocente de mí, que creía que las pelotas eran para jugar al fútbol...
Realmente no estoy muy segura de cómo, aunque puedo hacer una pequeña lista de cosas que hice: No parece mucho, pero por ahora está listo lo de Con-Con. También estoy esperando que me llame "Lorena," la muchacha cuyo nombre nunca recuerdo. Hubiera sido una mañana totalmente intrascendente de no ser porque el sol brilla como nunca, y porque Anét está estrenando una remera-vestidito rosa que me encanta... entre idas y vueltas a buscar el yogur, la he llenado de besos. Los pequeños placeres de la vida! domingo, octubre 26, 2003
Bien, de la última entrada hasta ahora ha pasado más de un mes. No quiero ni contar cuánto tiempo, la verdad. También pasaron mil cosas. Por ejemplo, Syan se convirtió en una biografía y dos posteos, nada más. Tristemente, encontré cada día más difícil tener ánimo para jugar. Fue una sucesión de motivos: primero, Kurt renunció como FM de la novena, en una decisión que no puedo catalogar de otra cosa más que precipitada. Pienso que a los pocos días se arrepintió, pero ya era tarde: el atómico que no sabe deletrear su nombre fue nombrado como su reemplazo. No hubiera sido un gran problema de no ser porque muy poco tiempo después, tras lo que imagino fue una seria diferencia de opiniones con el atómico, Al siguió los pasos de Kurt y me encontré sola en la Katana. (El vínculo se va al carajo, qué tanto, no vale la pena). Lo medité, y decidí quedarme. Total, ¿qué más podía salir mal? Bueno, fue simple: el atómico quedó como SM provisional, armó la lista de correo y me dejó "convenientemente" fuera durante aproximadamente un mes. Sus disculpas llegado el momento no me parecieron lo suficientemente sinceras. Sin embargo, decidí darle una chance más, pero ya el ímpetu del comienzo se había evaporado. Estaba al límite de lo que pensaba aguantar, cuando la gota rebalsó el vaso: el atómico tiene un personaje en la Katana. Aunque Rogério fue luego nombrado SM, y con el aprecio que le tengo... tomó sólo un mail para decir "chau gente." Por el otro lado, sí volví a jugar, sólo que en el SGC-2. Bueno, en realidad no en el SGC-2 en sí, porque hace como un mes que estoy esperando que me devuelvan cierto posteo conjunto con el que Rhiannon haría su reentrada, si bien no a la misión en sí, al menos a la lista de correo. Sin embargo, volví a hacerme cargo de la UIC. Durante mi ausencia otra de las chicas había aceptado hacerse cargo, pero durante esos cuatro meses no se vio movimiento de ningún tipo. Pregunté si podía ayudar, pero fue al mismo tiempo que ella decidió marcharse. No fue un gran escándalo a lo Kurt y mucho menos a lo Blanca, pero me parece que hubo una gotita por ahí que rebalsó su vaso, una gotita que conozco bastante bien, además, porque alguna vez cayó en el mío. Es una pena porque es una gran escritora. Así que me encontré con la UIC sin cabeza, y bueno... Me volví a ofrecer. También sabía que soy una de las muy pocas personas que pueden hacer el trabajo; hay otros voluntarios, y muy buenos además de buena gente, pero ninguno estaba listo para tomar la UIC de cero y hacerla comenzar a andar. Otra vez, debería agregar. Bien, eso ahora es parte del pasado: está funcionando, muy bien, con ritmo, y eso me pone contenta. Mantiene mi interés, también, y eso es aún mejor. Sigo insitiendo que el método de posteo es una porquería, pero no estoy tan por encima de eso como para desdeñar la oportunidad de pasarla bien haciendo algo que me gusta. Qué tanto...! |
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